Jabón de Aloe Vera y Pepino Calmante

Preparar tu propio jabón en casa puede ser una experiencia muy gratificante, sobre todo cuando el resultado es tan refrescante y suave como este jabón de aloe vera y pepino. Está pensado para cuidar la piel sensible, hidratarla en profundidad y aportar una sensación de frescura inmediata, ideal para los días calurosos o después de tomar el sol.

La primera vez que lo hice, me sorprendió lo ligero y agradable que se siente sobre la piel. Además, su aroma suave y natural convierte el baño en un pequeño momento de bienestar.

Por qué te encantará esta receta

Calma y regenera: el aloe vera es conocido por sus propiedades calmantes e hidratantes, perfecto para pieles irritadas o secas.

Refresca y descongestiona: el pepino aporta frescura, ayuda a reducir la inflamación y deja una sensación de limpieza profunda.

Hidrata y suaviza: los aceites de coco y oliva nutren la piel, dejándola elástica y sedosa.

Aroma relajante y revitalizante: con aceites esenciales de menta o eucalipto, el jabón ofrece una fragancia que despierta los sentidos, mientras que la lavanda añade un toque de tranquilidad.

Fácil y natural: solo necesitas unos pocos ingredientes y moldes de silicona para conseguir un resultado digno de un spa.

Ingredientes

500 g de base de jabón de glicerina transparente

3 cucharadas de gel puro de aloe vera

2 cucharadas de puré de pepino fresco

1 cucharada de aceite de coco

1 cucharada de aceite de oliva virgen extra

10 gotas de aceite esencial de menta o eucalipto

5 gotas de aceite esencial de lavanda (opcional)

Moldes de silicona

Tip: si usas pepino con piel, obtendrás un tono ligeramente más verde y un aroma más fresco. Solo asegúrate de colar el puré para que no queden trocitos que afecten la textura del jabón.

Paso a paso

  1. Derrite la base de jabón
    Corta la glicerina en cubos pequeños y fúndela a baño maría o en el microondas en intervalos cortos de 20 segundos, removiendo entre cada uno. No dejes que hierva, ya que podría perder su transparencia.
  2. Agrega el aloe vera y el pepino
    Incorpora el gel de aloe vera y el puré de pepino a la glicerina derretida. Mezcla con suavidad hasta que quede una textura uniforme. Este paso es clave para mantener la frescura de los ingredientes.
  3. Incorpora los aceites vegetales
    Añade el aceite de coco y el aceite de oliva. Ambos aportan una textura cremosa al jabón y evitan que la piel se reseque. Revuelve lentamente para integrarlos sin generar burbujas.
  4. Agrega los aceites esenciales
    Incorpora las gotas de menta o eucalipto, y si lo deseas, la lavanda. Esta combinación crea un equilibrio perfecto entre frescor y relajación.
  5. Vierte en los moldes
    Llena los moldes de silicona y deja reposar entre 3 y 4 horas a temperatura ambiente, hasta que los jabones se solidifiquen por completo.
  6. Desmolda y conserva
    Una vez firmes, desmóldalos con cuidado y guárdalos en un lugar fresco y seco. Si vives en un clima húmedo, envuélvelos en papel manteca para protegerlos.

Consejos para un mejor resultado

Usa aloe vera recién extraído de la planta si es posible; su textura y aroma natural se notan en el resultado final.

Si buscas un efecto más refrescante, guarda el jabón en el refrigerador antes de usarlo, ideal para después de un día de playa o piscina.

Puedes añadir pétalos secos o trocitos de pepino deshidratado como decoración antes de que el jabón endurezca.

Cómo usarlo y conservarlo

Este jabón es ideal para el rostro y el cuerpo, especialmente si tu piel tiende a enrojecerse o deshidratarse. Puedes usarlo a diario sin problema, ya que no contiene alcohol ni químicos agresivos.

Para conservarlo en las mejores condiciones, mantenlo alejado de la humedad y del sol directo. Si preparas varios, guárdalos en cajitas individuales o envuélvelos en papel vegetal: además de protegerlos, lucen preciosos si los quieres regalar.

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