Hay algo refrescante y reconfortante en una galleta que combina lo cítrico del limón con el toque crujiente y nutritivo de las semillas de chía. Estas galletitas son ligeras, con un sabor fresco que despierta el paladar, y al mismo tiempo tienen esa textura casera que tanto gusta. Son perfectas para acompañar una taza de té en la tarde, para llevar como snack o incluso para regalar en una cajita bonita.
Me encanta hacerlas porque me recuerdan a esas meriendas de infancia en las que el aroma del limón llenaba la cocina. Además, son muy fáciles de preparar y la masa se puede dejar lista con antelación, lo que las hace muy prácticas.
Por qué te encantarán
- Sabor fresco y cítrico: el limón aporta ese aroma irresistible y un toque ácido que equilibra la dulzura.
- Un extra nutritivo: las semillas de chía no solo añaden textura crujiente, también son fuente de fibra y minerales.
- Versatilidad: puedes hacerlas más dulces o más ligeras según uses azúcar o edulcorante.
- Receta práctica: la masa se puede preparar con antelación y hornear cuando quieras.
Ingredientes
- 300 g de harina
- 100 g de mantequilla a temperatura ambiente
- 10 g de edulcorante (o 100 g de azúcar)
- 1 huevo tamaño L
- Ralladura y zumo de 2 limones
- 1 cucharada de levadura química
- 30–50 g de semillas de chía (al gusto)
- 1 pizca de sal
Tip: si quieres potenciar aún más el sabor cítrico, añade unas gotas de esencia natural de limón o un poco de extracto de vainilla para equilibrar.
Paso a paso
- Bate la base: en un bol grande, mezcla la mantequilla con el azúcar o edulcorante hasta que esté bien integrada y cremosa.
- Añade los líquidos: incorpora el huevo, la ralladura y el zumo de limón. Es normal que la mezcla parezca un poco cortada en esta etapa, no te preocupes.
- Integra los secos: agrega poco a poco la harina, la levadura, las semillas de chía y la pizca de sal. Mezcla hasta obtener una masa homogénea.
- Reposo clave: envuelve la masa en film transparente y deja reposar en la nevera de 2 a 3 horas. Esto le dará consistencia y facilitará el estirado.
- Forma las galletas: extiende la masa con un rodillo sobre una superficie ligeramente enharinada y corta las galletitas con moldes (o con un vaso si no tienes).
- Horneado: coloca las galletas en una bandeja con papel de hornear y llévalas a un horno precalentado a 180 °C durante 10–15 minutos, hasta que los bordes estén dorados.
- Enfriado: deja reposar las galletitas sobre una rejilla antes de disfrutarlas.
Consejos para el éxito
- Si quieres galletas más crujientes, extiende la masa bien fina. Si prefieres una textura más tierna, déjala un poco más gruesa.
- Puedes espolvorear un poco de azúcar glas una vez frías para darles un acabado más vistoso.
- La chía puede sustituirse por semillas de amapola, que también combinan muy bien con el limón.
Cómo conservarlas y servirlas
Estas galletitas se mantienen frescas hasta una semana si las guardas en un recipiente hermético. También puedes congelar la masa cruda en porciones y hornearlas cuando te apetezca tener galletas recién hechas.
Son perfectas para acompañar una infusión, un café o incluso para servir como detalle después de una comida ligera. También quedan geniales como base para un postre más elaborado: prueba a untarlas con un poco de mermelada de limón o crema de yogur y frutas.