Crema Anti-estrés de Lavanda y Karité

Preparar tu propia crema casera no solo es una forma natural de cuidar tu piel, también es un ritual que relaja y conecta con uno mismo. Esta crema anti-estrés de lavanda y karité es una de esas recetas que disfruto elaborar porque combina lo mejor de la cosmética natural con el poder calmante de la aromaterapia. Cada vez que la uso antes de dormir, siento que mi piel y mi mente se relajan al mismo tiempo.

Lo mejor es que se hace con pocos ingredientes, fáciles de encontrar, y en apenas unos minutos tendrás un bálsamo nutritivo que huele como un spa en casa.

Por qué te encantará esta crema

Nutrición intensa: la manteca de karité regenera y suaviza incluso las pieles más secas.

Calma y relajación: el aceite esencial de lavanda ayuda a reducir la tensión y favorece un descanso reparador.

Hidratación profunda: el aceite de oliva y el de almendras aportan elasticidad y suavidad.

Textura agradable: la cera de abeja le da consistencia, logrando una crema firme pero fácil de aplicar.

Un detalle personal: la primera vez que la preparé la dejé en la mesita de noche y el simple aroma ya me ayudaba a desconectar después de un día largo.

Ingredientes

3 cucharadas de manteca de karité (nutritiva y reparadora)

1 cucharada de aceite de oliva virgen (hidratante profundo)

1 cucharada de aceite de almendras dulces (suavizante)

10 gotas de aceite esencial de lavanda (relajante)

1 cucharadita de cera de abeja (para dar consistencia)

Tip: si quieres una textura más ligera, puedes reducir a la mitad la cantidad de cera de abeja. Obtendrás una crema más suave, casi como una loción.

Paso a paso

  1. Funde los ingredientes sólidos: coloca la manteca de karité y la cera de abeja en un recipiente resistente al calor y derrítelos a baño maría lentamente.
  2. Añade los aceites vegetales: incorpora el aceite de oliva y el de almendras, mezclando hasta que todo quede bien integrado.
  3. Agrega el aceite esencial: retira del fuego y añade las gotas de aceite esencial de lavanda. Revuelve suavemente para que se reparta de forma uniforme.
  4. Deja reposar: vierte la mezcla en un frasco de vidrio limpio y deja enfriar hasta que solidifique.

Consejos para un mejor resultado

Evita que entre agua en la mezcla durante el baño maría, así la crema se conservará por más tiempo.

Puedes añadir unas gotas de vitamina E para prolongar su durabilidad y darle un extra antioxidante.

Si prefieres un aroma más fresco, sustituye parte de la lavanda por aceite esencial de naranja dulce.

Cómo usarla y conservarla

Esta crema es ideal para aplicar por la noche, antes de dormir. Extiende una pequeña cantidad en las manos y masajea suavemente el rostro, cuello o cualquier zona reseca. Además de hidratar, el aroma de lavanda ayuda a crear un ambiente relajante para el descanso.

Guárdala en un lugar fresco, seco y lejos de la luz directa. En un frasco bien cerrado, puede conservarse durante unas 3 a 4 semanas sin problema.

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