Hacer pan en casa puede sonar complicado, pero esta receta demuestra lo contrario. Con pocos ingredientes y sin necesidad de harina tradicional, obtendrás un pan nutritivo, saciante y con una textura deliciosa. La primera vez que lo preparé me sorprendió cómo la avena y la chía, tan comunes en la despensa, podían transformarse en una pieza de pan que nada tiene que envidiar a los comprados en panadería.
Este pan es perfecto para quienes buscan opciones sin gluten, recetas fáciles de hornear o simplemente una alternativa más saludable al pan convencional.
Por qué te encantará esta receta
Fuente de fibra y proteína: la avena y la chía aportan saciedad y energía duradera.
Sin harina de trigo: ideal para quienes quieren evitar el gluten o las harinas refinadas.
Versátil y personalizable: puedes añadir semillas o frutos secos para darle tu toque especial.
Muy fácil de preparar: no necesitas amasado ni levados largos, solo mezclar y hornear.
Algo que descubrí al probarlo es que tostado queda increíble, con un sabor ligeramente a nuez que combina tanto con dulce como con salado.
Ingredientes
2 tazas de avena en hojuelas o avena molida (puedes usar sin gluten)
2 cucharadas de semillas de chía
1 taza de agua tibia
2 huevos
¼ taza de yogurt natural o griego (opcional)
1 cucharadita de polvo para hornear
½ cucharadita de sal
1 cucharada de aceite de oliva o coco
Opcional: semillas (girasol, linaza) o frutos secos
Tip: si quieres un pan más crujiente por fuera, espolvorea algunas semillas extras por encima antes de hornearlo. No solo mejora la textura, también le da un aspecto más artesanal.
Paso a paso
- Activa la chía: mezcla las semillas con el agua tibia y deja reposar 10–15 minutos hasta que se forme un gel espeso. Esto será el “pegamento” natural de la masa.
- Prepara la avena: si usas hojuelas, procésalas hasta obtener una harina gruesa. Si ya tienes avena molida, puedes usarla directamente.
- Combina los ingredientes húmedos: en un bol, bate los huevos y añade el yogurt, el aceite y el gel de chía. Mezcla hasta integrar.
- Incorpora los secos: agrega la avena molida, el polvo de hornear, la sal y cualquier semilla o fruto seco que quieras incluir. Mezcla hasta formar una masa homogénea.
- Hornea: vierte la mezcla en un molde engrasado o forrado con papel pergamino. Espolvorea más semillas por encima si lo deseas. Hornea en horno precalentado a 180 °C durante 30–40 minutos, o hasta que un palillo salga limpio.
- Enfría antes de cortar: este paso es clave para que el pan mantenga su forma.
Consejos para un mejor resultado
Usa yogurt griego si quieres un pan más húmedo y esponjoso.
Añade un toque de canela y nuez moscada si lo prefieres con un perfil más dulce.
Si planeas usarlo como base para tostadas saladas, prueba a añadir semillas de girasol o linaza a la masa.
Cómo disfrutarlo y conservarlo
Este pan es muy versátil. Puedes usarlo para desayunar con mermelada, como base para sándwiches o incluso para acompañar sopas y ensaladas. En casa suelo tostarlo y ponerle aguacate con un poco de limón, y te aseguro que se convierte en una comida ligera pero muy completa.
Para conservarlo, guárdalo en un recipiente hermético en la nevera hasta por 5 días. También puedes cortarlo en rebanadas y congelarlo, así tendrás pan casero listo en cualquier momento: solo lo pones directamente en la tostadora y queda como recién hecho.